Claudia Novillo
¡Pequeño cuerpo que se escapa!
fue recobrado y no tiene nombre,
seguramente es de alguien…
quiere escaparse por los desagües de las alcantarillas,
pero miro ese cuerpo en el espejo y veo fortaleza.
Veo telarañas que atrapan mi sabiduría,
su carne está viva y siente todo,
eso significa que ha llegado el día, en que ese cuerpo vive por sí solo,
y me dice su pronombre, y me presta sus alas para volar,
ese cuerpo es un desconocido espacio verde, es simple hermosura,
con su alegría cuenta cuentos y poemas.
¡Su cerebro recobró la cordura!
¡su alma se unió! Y esto aconteció debajo de su piel,
fue reviviendo poco a poco,
quitando la rabia de su pecho, porque estaba hecho de arcilla que renace.
¡sus manos de alfarero, llenas de polvo!
¡su nostalgia era de ayer y de mañana!
¡sus rodillas, sus brazos, su espalda, formaban parte del fuego!
¿qué había en ese cuerpo?
¿qué mensajes escondía?
porque sus días sucedieron, sus horas aparecieron
¡Y es un fragmento del viento, del amor, del silencio, igual que el fuego!