Una flecha que se clava a sí misma, y se incendia.
El universo se investiga a sí mismo
y la vida es la forma
que emplea el universo para su investigación.
La flecha se da vuelta
y se clava en sí misma.
Y el hombre es la punta de la flecha.
El hombre se clava en el hombre,
pero el blanco de la flecha no es el hombre.
Un laberinto
sólo se encuentra
en otro laberinto.
—Roberto Juarroz